Recuerdo mi infancia, cuando todas o casi todas las noches teníamos de cena en casa huevo. ¡Y qué rico nos sabía! Más tarde, ya crecidita, empezaron a demonizar al huevo: que es malo, que produce colesterol, enfermedades cardiovasculares... y como mucho ¡Un huevo a la semana!
¿Cuál es la verdad sobre el huevo? ¿Es sano o no hay que abusar? ¿A que edad podemos empezar a dárselo a los niños y niñas? ¿Y cuántos a la semana? Son preguntas que las familias nos hacen en la escuela infantil y que nos hemos preguntado y voy a tratar de sacar luz a este tema con este tributo al huevo.
Composición de los huevos
Los huevos llevan en su composición proteínas de un alto valor biológico que se encuentran mayoritariamente en la clara: Proporcionan todos los aminoácidos esenciales, además de proporcionar cantidades significativas de hierro, selenio, riboflavina, vitamina B12, niacina, ácido pantoténico, biotina y vitaminas A, D y E.
Durante muchos años se recomendó restringir su uso porque pensaba que podía provocar enfermedades cardiovasculares por su alto contenido en colesterol, pero hoy en día se sabe que lo que produce colesterol es el balance entre grasas saturadas e insaturadas y el huevo, contiene de ambos tipos, pero más insaturadas y además contiene lecitina que disminuye la absorción intestinal del colesterol.
Algunos componentes del huevo han demostrado reducir el riesgo de enfermedades visuales como las cataratas o la degeneración macular.
Comemos huevos de muchas especies: codorniz, avestruz, pato, oca... pero el más consumido por los españoles es el de gallina. Y entonces en nuestra cabeza se plantea la siguiente duda: ¿Huevos blancos o morenos?
Pues la respuesta es que da igual porque tienen las mismas propiedades. El color se debe a factores genéticos, las gallinas rojas ponen huevos morenos y las gallinas blancas ponen huevos blancos, no hay uno más saludable que el otro.También puede variar la yema en función de la alimentación de la gallina ponedora: si ha consumido más maíz, la yema es más amarilla que si se ha alimentado con cebada y trigo.
¿A qué edad empezamos a ofrecerles huevo?
Esta es otra pregunta clave, y hay muchas familias que retrasan su introducción hasta el año de vida por miedo a que su hijo/a desarrolle una alergia. Es cierto, que es un alimento involucrado en una posible alergia y por eso, antes no se empezaba a ofrecer el huevo hasta los 10 meses aproximadamente. Sin embargo, esta recomendación está desfasada ya que según evidencian las investigaciones actuales, la introducción de huevo tardía no previene el posible desarrollo de la alergia, esta se va a desarrollar si la criatura está predispuesta a padecerla, independientemente de la edad de introducción del huevo en su alimentación. La AEP (Asociación Española de Pediatría) señala que el huevo puede ser ofrecido al bebé desde que comienza la alimentación complementaria, es decir, desde los 6 meses.
Para introducirlo, comenzamos las primeras semanas con verduras y frutas, para un poco más tarde dar paso a las proteínas ( carne, pescado, legumbres y huevo); en este momento que rondará los 7-8 meses, ya que como sabéis han de pasar 2-3 días entre alimentos nuevos para poder identificar si aparece una alergia.¿Y como se le introduce? Bien, pues esto también ha cambiado. Recuerdo que cuando mi hijo era pequeño, nos decían de darle primero media yema, luego la yema entera y después empezábamos con la clara.
Pues como no se ha demostrado que hacerlo por separado disminuya la probabilidad de una alergia, se puede hacer junto, añadiendo, por ejemplo, medio huevo cocido al puré, o si practicáis Baby Led Weaning (BLW) podéis ofrecerlo en tiras de tortilla francesa o cortado en trozos, si es huevo cocido.
Si apareciera algún síntoma compatible con alergia: manchas en la piel, vómitos o dificultad para respirar, no se lo volváis a dar hasta no consultarlo con vuestro pediatra.
¿Cuántos huevos puedo darle a la semana?
Otra de las grandes preguntas. No hay un número exacto ni por arriba, ni por abajo. No pasa nada si comemos huevo varios días a la semana, siempre y cuando no sea la única fuente de proteína y se ofrezca una alimentación variada y equilibrada, como es el plato saludable o plato Harvard.
La manera de cocinarlo puede ser: huevo cocido, escalfado, a la plancha, en tortilla o revuelto, en bizcochos o galletas... ¡Y claro que de vez en cuando puedes darte el capricho de tomar huevo frito! Hay miles de recetas con huevos.
¿Cómo conservar los huevos?
No sé si alguna vez te has preguntado por qué cuando vas a una tienda o al supermercado los huevos están en una estantería normal y al llegar a casa los metemos en la nevera. ¿Qué es lo correcto? Pues yo sí me lo he preguntado y he llegado a la conclusión de que ambas cosas son correctas. Y su explicación se debe a los cambios de temperatura, cuando los alimentos pasan del frío a calor, se suele condensar agua en la superficie y en el caso de los huevos, como su superficie es porosa, pasaría al interior pudiendo contaminarse. Por eso, no se refrigeran desde que son recogidos hasta que llegan al hogar del consumidor.
Al llegar a casa, solemos ponerlo en el lugar que todos los frigoríficos tienen habilitado para ello; tengo que decirte dos cosas: no es el lugar apropiado porque es donde más cambios de temperatura se producen, y si se colocan ahí, lo mejor es ponerlos con la punta hacia abajo, de esta forma la yema permanece intacta cubierta de clara.- Al comprarlos comprobar que no esté la cáscara rota ni con fisuras.
- Fecha de consumo preferente: la fecha del huevo no lleva fecha de caducidad sino de consumo preferente, eso quiere decir, que podemos consumir los huevos unos días después de esa fecha aunque hayan perdido frescor.
- Para reconocer si están frescos, al sumergirlo en un vaso de agua estando crudo: si se va al fondo del vaso está fresco, si se queda intermedio puede que tenga una semana y si flota está poco fresco.
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